Dudas sobre el cambio y cómo afrontarlo
Si bien la creación de nuevas empresas con productos innovadores es notable, el éxito no reside únicamente en la novedad, sino en la capacidad de afrontar el cambio de manera efectiva.
¿Qué sucede con las empresas que ya existen? o ¿aquellas que permanecen durante varias generaciones? ¿es necesario crear nuevas empresas para tener éxito en el mundo de hoy?
Estas son las preguntas que se hacen muchos empresarios y sus directivos. La clave para que las empresas tradicionales prosperen no radica en simplemente crear algo nuevo, sino en adaptarse a las nuevas demandas del mercado y optimizar sus procesos existentes. Este enfoque proactivo es fundamental para que las empresas establecidas puedan aprovechar las oportunidades que presenta el cambio.
¿Cómo lograr mejores objetivos en tiempos tan cambiantes?
Nos encontramos frecuentemente con la motivación clásica que siempre hay que trabajar más o más horas, contratar más personal, ejecutar más tareas. MÁS de todo. Sin embargo, esa forma de pensar, puede crear un exceso de gastos en la empresa, tanto en energía como económicamente.
En lugar de centrarse en “hacer más”, la clave reside en hacerlo mejor. El enfoque japonés de Kaizen, que promueve la mejora continua, es un ejemplo de esta filosofía. Se trata de eliminar actividades innecesarias, optimizar procesos y rediseñar productos o servicios para agregar valor y mejorar la experiencia del cliente.
¿Cómo lograr este cambio de paradigma?
Desafortunadamente casi todos los expertos en la materia, dicen lo mismo “El cambio siempre duele” . Es decir que generalmente, el ser humano demuestra una resistencia al cambio y busca la rutina. Por defecto, busca su zona de confort, done se siente “seguro”, aunque no siempre es donde opera con mayor productividad, ni logra los mejores resultados. Einstein ya dijo en su tiempo, que “Para lograr resultados diferentes, hay que actuar diferente”.
Si bien el cambio puede generar incomodidad e incertidumbre, es crucial entrenar a los empleados y directivos para que lo acepten como una oportunidad de crecimiento, tanto al nivel personal como empresarial. La cultura empresarial debe fomentar un ambiente donde no se tema cometer errores, sino que se aprenda de ellos.
La regla “N+1”: La perseverancia ante el fracaso es la clave del cambio y cómo afrontarlo
La clave para superar los desafíos radica en la perseverancia. La regla “N+1” establece que, si bien los contratiempos son inevitables, el éxito se alcanza al levantarse una vez más después de cada caída y aprender de los errores cometidos. Se trata de tomar decisiones, evaluar opciones y elegir la más adecuada y conseguir los objetivos fijados.
Liderazgo transformador: El papel crucial de los directivos
La mentalidad de los líderes de una empresa tiene un papel fundamental, ya que de ellos depende si se usan los recursos eficientemente y tomar las decisiones estratégicas.
La transformación digital y el avance tecnológico son ya una realidad. Las empresas y sus miembros se tienen que adaptar para sobrevivir. Pero ese cambio no se dió sólo por los avances tecnológicos, sino también por el cambio de mentalidad, paradigmas y la forma de hacer negocios.
Es esencial “subirse a este barco” para mantenerse en el mercado y ser competitivo. La historia habla por sí sola, cuando las empresas no quisieron (o no pudieron) adaptarse, perdieron la oportunidad. El resultado: su desaparición.
Podemos encontrar múltiples ejemplos de empresas que fueron multinacionales con facturación de miles de millones de euros como Blockbuster (que no pudo con las películas online), Pan Am (la icónica aerolínea) o Olivetti (la máquina de escribir que no pudo adaptarse al ordenador)
Un ejemplo más cercano son las fábricas de chocolate. Antes existía en la región de Valencia la ruta de chocolate y se crearon decenas de fábricas, especializadas en productos a base de cacao. Sin embargo, con el cambio industrial la mayoría de ellas no aceptaron la oportunidad de juntarse con las demás para crear sinergias e implementar los avances.
El resultado fue que, prácticamente, sólo sobrevivieron algunas empresas chocolateras en la región: las que se adaptaron al cambio y supieron reinventarse.
Superando obstáculos al cambio: Miedo, seguridad y sesgos
Podemos encontrar diferentes resistencias en nuestras empresas ante del cambio y cómo afrontarlo: el miedo, la inseguridad, la incertidumbre, sesgos generacionales…
El miedo nace por el deseo de querer algo y en caso de obtenerlo, perderlo.
Originalmente el miedo protege, ante situaciones de peligro, ya que inicia ciertos procesos químicos que producen adrenalina, lo que aumenta la capacidad física y altera el estado emocional durante un corto periodo de tiempo. Es decir ,el miedo puede ser utilizado como una alerta para actuar y encontrar soluciones en ciertas situaciones.
Sin embargo, existe la posibilidad que el miedo se convierta en un factor paralizador, sobre todo en situaciones que causan un exceso de miedo. Ahí es cuando esas emociones positivas en un principio, se neutralizan y el miedo bloquea a las personas que pierden su eficiencia.
La pirámide Maslow aplicada al cambio: seguridad psicológica
Se basa en la teoría de que existen diferentes niveles de necesidades que influyen en la motivación de las personas. Una vez satisfecha la necesidad más básica, se desarrollan más ambiciones y se anhela el alcance del siguiente nivel. Cuanto más nivel alcanzan, más satisfechos están y más seguridad psicológica se consigue.
El trabajo/empleo se posiciona en el segundo nivel de la pirámide, lo que explica por qué influye bastante en la seguridad psicológica. Si la incertidumbre y el miedo reinan continuamente en el entorno laboral, las personas no pueden alcanzar un nivel óptimo de productividad.
Es responsabilidad de los líderes de una organización crear espacios de aprendizaje, donde se valore el feedback y las nuevas ideas, un ambiente sin miedo a equivocarse, donde se pueda hablar de los errores cometidos y aprender de ellos.
Otro factor que puede obstaculizar el cambio son los sesgos inconscientes predeterminados y generacionales. Según un estudio de Kahneman el cerebro suele “copiar” o “imitar” inconscientemente hábitos del entorno y que repite sin darse cuenta.
Las personas son influenciadas entre otros factores por la sociedad, los valores aprendidos en la infancia y por la religión/orientación espiritual, lo cual lleva a la repetición de lo aprendido. Sin duda también influye la cultura empresarial.
En una empresa donde se transmite a sus trabajadores una mentalidad rígida y estricta, no se puede esperar que las personas actúen libremente y dialoguen. La clave es identificar de dónde viene esa mentalidad rígida y mitigarla. Por eso es importante que, en la manera posible, se alineen los valores de la empresa con los del trabajador, en caso contrario, tarde o temprano se crea una distorsión que compromete la productividad del trabajador y, por tanto, los objetivos de la empresa.
El cambio presenta oportunidades de negocio para las empresas tradicionales. Al adoptar una mentalidad proactiva, abrazar la mejora continua, fomentar una cultura de aprendizaje y crear un entorno seguro y favorable al cambio, las empresas pueden navegar por el panorama empresarial en constante cambio y prosperar.
Gracias por leer este artículo. Si tienes alguna duda sobre el cambio y cómo afrontarlo como empresario, puedes ponerte en contacto conmigo en el área de servicios estratégicos de Recursos Humanos o a través del formulario de la página de contacto.