¿Cómo se pueden gestionar los conflictos en las empresas familiares?

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¿Cómo se pueden gestionar los conflictos en las empresas familiares?

Vivimos en una época en la que muchas empresas han tenido que cerrar de forma temporal o permanente. Estas situaciones tan cambiantes y rápidas tienen consecuencias en la salud mental de las personas. Nadie se prepara para luchar contra una pandemia y salir airoso del combate, que puede provocar conflictos en las empresas familiares.

Muchas empresas familiares, han tenido que tomar decisiones que jamás hubieran imaginado y reinventarse como nunca antes. Aquellas empresas que han podido resistir a la situación que hemos vivido en el último año están sufriendo ahora las consecuencias: más conflictos dentro de la empresa, menos ingresos y una incertidumbre que aumenta por días y por olas. 

Desde el pasado 14 de marzo de 2020, muchas empresas familiares se han visto en la obligación de enfrentarse a varios acontecimientos únicos, que provocan conflictos en las empresas familiares: varios confinamientos, cambios constantes de normativas, protocolos de higiene y seguridad y, sobre todo, mucho miedo.

Los conflictos en las empresas familiares

Al igual que en el caso de empresas internacionales o las PYMES, las empresas familiares no están exentas de conflictos. Al contrario, la mayoría de las confrontaciones que se dan, están vinculados con la propia familia. Como en todas las empresas, aparecen conflictos de diversa índole, pudiendo ir desde la sucesión de la misma hasta la ausencia de profesionalización. Las más frecuentes son: 

  • Choque generacional. Los nuevos o futuros gerentes de la empresa no comparten la idea tradicional de empresa y, surgen constantemente conflictos, sobre cómo se debe gestionar y por qué deben o no modificarse.
  • Componente emocional. Al estar en contacto todos los días y trabajar conjuntamente con diferentes familiares, es natural que surjan problemas y desacuerdos a los que siempre se le añade la emoción. Esto puede provocar que las decisiones que se tomen, no sean las más adecuadas posibles, ya que no se actúa de “modo” totalmente racional. 
  • Unido al anterior se encuentra la sobreposición de la empresa y de la familia, teniendo unos límites muy difusos o inexistentes. Se refleja en la confusión de roles y funciones que cada uno debe realizar. Estos se mezclan y forman un entramado casi indivisible entre el concepto de familia y las expectativas individuales sobre el trabajo.
La planificación y la profesionalización nos ayudan a reducir los conflictos en las empresas
  • Cuando surge un problema y/o dificultad, existen muchas maneras de intentar solventarlo. Sin embargo uno de los obstáculos a los que se enfrenta una empresa familiar, es la escasa profesionalización que existe en su empresa ya que no existen, en algunas ocasiones, procedimientos concretos para los problemas.
  • Un aspecto más informal es la distribución de poder que existe en la empresa. Y es que, aunque en muchas ocasiones el organigrama es claro, determinados miembros familiares tienen la percepción subjetiva, compartida o no, de que, un familiar es el “nuevo jefe”. Las consecuencias que esta situación conlleva a largo plazo, pueden ser devastadoras para la empresa porque empiezan a surgir recelos e insubordinaciones que hacen que sea cada vez más difícil trabajar.
  • Otro conflicto que está asociado al anterior es la percepción individual sobre la distribución salarial. Con el paso del tiempo, comienzan a emerger posibles desigualdades salariales, que pueden ser apreciadas como injustas pues salario y responsabilidades no se encuentran alineados. 

Estos son algunos ejemplos de los principales conflictos, que se pueden observar en una empresa familiar y los errores más habituales. Como se ha comentado, estas cuestiones se han podido agravar más con la situación actual o por diversos motivos como puede ser un aumento en la producción (por ejemplo, si la empresa se dedica a la fabricación de productos de limpieza), disminución de la producción, situación económica individual y empresarial y un largo etcétera que se suma a la incertidumbre.

Consejos para mejorar los conflictos en las empresas familiares

  • Mejorar y abrir los canales de comunicación es esencial, aunque no es una tarea sencilla. Si se logra transmitir la idea de que se puede expresar diferentes opiniones sin herir a los demás y sin que tenga consecuencias negativas para las relaciones familiares, se tomarán medidas mucho más óptimas y eficaces que calmarán las tensiones y mejorarán el clima.
  • Otra medida consistiría en aprender a diferenciar entre lo personal y lo profesional, es decir, no traspasar conflictos personales al ámbito profesional y viceversa. 
  • Para aquellos problemas relacionados con la estructura y la gestión de la empresa es importante definir unos protocolos y delimitar correctamente las funciones y responsabilidades de cada puesto, pudiendo reorganizar el organigrama. Con esto se evitarán malentendidos asociados al reparto de poder.
  • En el caso de las sucesiones se podría desarrollar un plan de sucesión familiar, en el que se especifique claramente qué pasos se han de seguir y qué decisiones se han de tomar antes de que se produzca esta herencia. Para ello es fundamental que todos los miembros de la familia se involucren en este procedimiento para que se produzca una mayor aceptación.

Es necesario conocer que cada empresa familiar tiene unas características y necesidades concretas. Por lo que es necesario estudiarlas en profundidad para ofrecer aquellas soluciones que más se adapten tanto a la empresa como a sus miembros. No existe una única solución válida para todas las empresas familiares. Si necesitas más información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Disponemos también de despachos en Alicante, Elche y Murcia.

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